Nos conocimos de marcha por Madriz medio de refilón, quedamos un par de veces y supimos desde el primer momento que esta aventura, como te gusta llamarlo, iba a durar tiempo, con principio y final. Esa pensamiento de que era una cosa con caducidad te hizo, me hizo, nos hizo pensar en que todos los días que íbamos a compartir eran únicos e irrepetibles. Y así ha sido.
De hecho, el mejor día de todos, el último que pasamos juntos, llorando, riendo, besándonos.
Cuando se empieza una relación siempre se tienen miedos y dudas, pero el saber de que algo es imposible, bueno, imposible no, dífícil, ha hecho que esto sea un sueño vivido.
Nunca he estado tan a gusto con nadie a mi lado, nunca he sido yo mismo como lo he sido a tu lado, y como espero serlo a tu lado.
Sólo cosas buenas.
Me has enseñado lo que significa de verdad la palabra regalo. No soy digno, pero tus regalos han sido increibles y lo que han dado vida a mi vida: la fiesta sorpresa en mi casa, el libro de recetas de comida japonesa, Salamanca, las entradas para ver a 30 seconds to Mars,... yo a ti sólo te he comprado una camisa y un pantalón, pero... te he regalado todos, todos los días mi sonrisa y mi buen humor de una persona que ha sido feliz y es feliz.
Mil gracias María.
¿Por qué se ha acabado?
... porque ha llegado el momento en que no nos podíamos dar más. A mí me ha llegado a tocar una responsabilidad no querida y tú necesitas un nuevo reto y una nueva meta. Espero poder ayudarte en el futuro y ser parte de tu gente, de tus amigos.
La vida da muchas vueltas y dentro de un tiempo nos miraremos a los ojos y sabremos si es momento de empezar de nuevo.
He dejado de escribir durante estos meses en el blog porque no me hacía falta desahogarme y llorar solo. Hablaba contigo y hacía cosas contigo como si de mi yo verdadero se tratara. He sido la mejor versión de mí que ha habido nunca y en parte a que eres una persona muy buena y con la que es muy fácil estar.
Mil gracias María.
Contigo no he tocado el cielo, he vivido durante meses en él, y a mi lado, tú, Ángel con rastas.
Ahora ya sé lo que quiero, que tipo de personas quiero que estén cerca de mí y que sean mis amigos, personas naturales, sencillas y alegres, como tú. Has puesto el listón muy alto.
Naturalidad y transparencia, eso lo tengo muy claro.
Tenemos que sonreir como lo hemos hecho desde que nos conocemos, aunque haga mal tiempo y el viento nos congele la cara. Nuestro corazón siempre palpitará y nuestra sangre siempre estará caliente.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
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2 comentarios:
Hace tiempo que leo tu blog. Solo te digo una cosa. Ánimo. Todo se volverá a poner en su sitio.
Eres grandisimo Emilio.
De hecho, sois grandisimos.
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