miércoles, 1 de abril de 2009

Vida y libertad

Nos ponemos metas y no salen. Miramos al horizonte con hache y vemos una tierra prometida que nos hace dudar de lo que somos y de lo que queremos. Lamentablemente somos demasiado débiles para ser felices sólo con nosotros mismos y esclavos de nuestros sueños materiales.

Cuando leo alguna noticia sobre Vicente Ferrer me llena una sensación de paz eterna por saber que en este mundo hay gente buena y humilde que cumple sus sueños con valentía. Por otro lado me decepciono a mí mismo pensando en que podía hacer algo más por los demás, como hace este genio de los sentimientos y el amor a los demás.

Esta semana ha sido muy importante para mí: la persona que más quiero en este mundo, mi pequeña hermana, ha tenido un bebé precioso. Escasas viente horas después firmé la hipoteca de mi casa, me la dan en mayo... creo.

Estos dos acontecimientos tan diferentes e importantes en mi vida me han hecho pensar mucho... sí, pensar... ¿a donde voy? o más difícil: ¿a donde quiero ir?

Siempre he querido ser libre (como todos vaya); cuando era pequeño vi una película donde un niño se perdía y vivía como salvaje, luego sus familiares le encontraban y se supone que era un final feliz. Siempre que viajábamos me imaginaba que era ese niño salvaje y que viviría por los bosques que veíamos a través de los cristales del coche. Siempre he querido vivir así, pero nunca me he atrevido... (normal).

He querido perderme en los bosques, pero soy esclavo de mi amor por los seres queridos y no he podido ser libre de una manera completa. Por eso creo que el hombre como animal social que es, nunca será libre del todo, y siempre estará atado a ciertas cosas que son parte de su ser, el ansia, la violencia, la soberbia, la necesidad de compañía.

Veo que soy menos libre que cuando era chaval, pero intento ser igual de feliz, aunque ya no soy tan ingénuo... lamentablemente Susana, lamentablemente. Ahora tenemos más responsabilidades que ayer y cuanto mayores nos hacemos más se aleja de nosotros la palabra "alegría infantil". Por contra se supone que ganamos otras cosas... materiales y de afecto con las nuevas personas que nos vamos encontrando por el camino.

Ayer martes me pasé una hora y media mirando a mi pequeño sobrino como dormía en su cuna. Tener un hijo es lo mejor que le puede pasar a una persona, lo sé, pero aún así a mucha gente le da miedo, demasiada responsabilidad. Ayer me dicen que dé la vida por esos escasos cinco días de vida y lo único que preguntaría sería un "¿cuando, ahora?"

No me puedo quejar, he vivido, vivo, mejor que la mayoría de la humanidad: tengo comida todos los días, un par de sitios donde dormir, tanta agua como quiera, una familia perfecta, mentalmente no estoy mal de todo, me gusta como soy... pero soy esclavo de muchas cosas, como son mi curro y ahora mi casa. No paro de pensar qué habría sido de mi vida sino me hubiera comprado la casa... me habría ido de viaje por el mundo, no sé cuando habría vuelto... a lo mejor estaba casado, a lo mejor... da igual, esta es la vida que decidí vivir asi que con ella me quedo... no tengo derecho a quejarme. Lo estoy haciendo lo mejor que puedo y con eso basta por ahora.

¿He sido libre alguna vez?

Si, pero por días, por escasas semanas. Cuando me cogía el coche y me iba de vacaciones sin rumbo fijo, bien por el norte de España o por Portugal, como el año pasado. La sensación de libertad que tenía sabiendo de unas tres semanas sin reglas es lo más parecido que estaré nunca de la libertad absoluta. Con ella sueño, por esa libertad rezaba ayer delante de mi sobrino, para que él la tenga siempre.

Noticia en El Periódico: Michael J. Fox relata en un libro sus últimos años con párkinson.

Noticia en Público: Salman Rushdie "Estaría muy bien un mundo con menos religión".

Noticia en El Periódico: Un vídeo parodia la carga de los Mossos a los estudiantes con una canción de Parchís

No hay comentarios: