domingo, 19 de octubre de 2008

Surrealismo

"Lluvia, sangre, surrealismo"

El pasado viernes quedé con mi amigo Miguel Ángel para ir al cine. Le pasé a recoger por su casa y de camino íbamos hablando de todo un poco... chicas, mujeres, novias, exnovias, ligues, exligues, viudas, casadas, y también porque no, de amor. En un momento al cruzar un paso de cebra nos adelanta un señor de unos setenta años, se resvala por la lluvia y se da un bofetón contra el suelo que casi se mata. Le ayudamos a levantarse mientras le preguntamos que si quiere algo en un bar, sentarse o que llamemos a alguien. La verdad es que el señor tenía cara de despistado y de que la caida le ha dejado un poco alelao.

Pues nada, sigue corriendo torpemente y nosotros con nuestra conversación. Cuando estamos llegando a la esquina donde estaba el cine el señor se cae de nuevo y nosotros nos miramos como diciendo... "Ahora sí, ahora se ha matao!"

Efectivamente,
esta vez no ha puesto las manos, ha puesto la cara. Cuidadosamente le ponemos en pie, y vemos como tiene la cara destrozada: un buen chichón en la frente y la nariz en Parla! chorroeaba sangre como un cochino. Migue Ángel y yo nos mirábamos alucinados. El hueso de la nariz le asomaba por el entrecejo... menudo ostia! yo no he visto cosa igual en mi vida.

Llamo al 112, me cogen el recado, pero la llamada se corta. A los tres minutos me llaman ellos a mí y en ese momento aparecen tres policias nacionales, los tres argentinos curiosamente. Los paramos y nos dicen que pasan por allí por otro tema... uno de ellos se queda con nosotros y los otros dos se van. Una vecina nos tira una clinex por la ventana.
El señor, Mario para los amigos, no paraba de repetirnos "mi mujer! mi mujer! llego tarde a buscarla! sale de ahí en frente y si no voy ya se va a asustar".

Todo muy surrealista. Aparece el samur. Nosotros nos vamos.

Entramos en el cine a ver la mierda seca de película MAX PAINE, que tendría que llamarse MAX PENA, es una peli de acción sin acción. Cuando llevamos una hora en la sala le digo a mi amigo que los cinco minutos antes a la película tenían más acción que toda la puñetera película en sí. Nos salimos sin acabar de verla y nos comemos una pizza mientras seguimos con nuestros temas de mujeres, el perro del hortelano y el si nos vamos a volver malos de una puñetera vez por todas, que tenemos un amigo que lo ha hecho y le va muy bien.

Nos pareció memorable como el señor corría solamente porque llegaba tarde, y aún así, después de caerse la primera vez corría más rápido.

De pequeño una de las millones de veces que me caí de la bici se me acercó mi madre, que estaba con una amiga muy cerca, y me dijo "Levántate, llora todo lo que quieras, y vuelve a subir a la bicicleta".

Así es la vida

3 comentarios:

TONI dijo...

Qué razón tenía tu madre! Una de las maneras de medir la grandeza de un ser humano es por las veces en que es capaz de levantarse después de caer.

Calippop dijo...

Que bonita la historia, sí señor. Pero yo pensaba que a las oposiciones de policía nacional sólo se podían presentar españoles :( me ha chocado y estoy pensando que si no serían argentinos de una banda de atracadores profesionales disfrazados de policías :)
imagination is the power!!

un abrazo salao!

Simón de Belle dijo...

Seguridad! seguridad! se nos ha escapao un preso! se hace llamar Calippop! cuidadín que es peligrosorrrr!!!! abrazos men!