martes, 27 de mayo de 2008

Sol y sombra

Ayer vino a comer a casa mi tio Nacho, considerado ciegamente la oveja negra de mi familia paterna. Ha venido a pasar unos días para ver Madrid. El año pasado le operaron de la garganta, de la laringe por un tumor maligno; ganado a base de tabaco y soles y sombras todas las mañanas. Comiendo me reconoció que había estado en el Retiro y al ver el Palacio de Cristal se le habían llenado los ojos de lágrimas porque no pensaba que volvería a verlo. Ha estado bastante jodido, pero parece que la operación y los medicamentos le han arreglado un poco.

En el colegio cuando el profesor nos preguntaba qué profesión nos gustaría tener de mayores yo siempre me acordaba de mi tio Ignacio, Nacho para su familia, él era Hippy. Así lo denominaba la parta conservadora y seria de mi familia. Abandonó todo lo que tenía para irse con una novia a vivir a Ibiza, a dormir en la playa y malvivir de las pulseras y colgantes que vendían por las calles. También tuve un tioabuelo policía, pero éste daba menos juego.

Mi padre es el hermano mayor, seguido por mi tía Mari Pily con quince meses menos, Nacho con siete y luego José con catorce, los mismos que me saca éste último a mí. De todos es Nacho el más vive la vida, el más loco, y eso es decir algo, no mucho, pero sí algo. Es todo lo contrario a mi padre, pues nunca ha vivido mucho tiempo en el mismo sitio y ha tenido millones de novias. Mis padres llevan casados treinta y cinco años y Nacho no ha estado casado ni veinte meses...

Es un tipo bastante duro, muy seguro de sí mismo y una de las personas más sensatas que conozco, sabe en todo momento donde está y esta enfermedad lo ha situado definitivamente en el mundo. Sabe los errores que ha cometido, pero nunca nadie le ha dado una segunda oportunidad, a parte de su hija, la preciosa de mi prima Cristina, que tiene los pies en la tierra más que muchos de nosotros. Es un tipo que sabe venderte lo que sea porque es muy listo, pero la operación de garganta le ha avisado y lleva unos meses viviendo la vida con otra visión del mundo. Sus ojos vidriosos me han dicho que ha venido a Madrid para despedirse de la ciudad que le vio nacer, puede ser un poco presuntuoso esta entrada, pero creo que es así... y por ahora esta batalla a la vida la va a ganar mi tio Nacho, porque es un tipo muy fuerte.

El día que se murió mi abuela, la Maela como la gustaba que la llamaran, no le vi soltar ni una lágrima, bueno... yo tampoco lo hice; estaba ya muy mala y llevaba unos meses que a eso no se le podía llamar vida, así que ninguno de nosotros dos estaba muy afectado. Siempre me ha parecido muy duro y poco increbantable.

El Sol es mi padre, la sombra mi tío, las dos caras de una misma moneda, mi familia. Cada uno ha vivido la vida como ha podido y le han dejado, con más o menos suerte. Lo único en que se parecen es en el sentido del humor, irónico, constante, maravilloso, que creo humildemente haber heredado. Ese sentido del humor que nos hace tomarnos las cosas malas de la vida con la misma indiferencia que las cosas buenas, porque sabemos que esta batalla a la muerte no la estamos ganando, pero si que ganaremos la guerra.

2 comentarios:

TONI dijo...

Muchos ánimos a tu tío. A pesar de ser muy duro y estar curtido en mil batallas, necesitará todo el afecto que pueda recibir ahora que debe enfrentarse a esa terrible enfermedad llamada cáncer. Seguro que tú estarás a su lado.

Un saludo y como siempre, a pesar de que lamento el tema de fondo en este caso, es un placer leerte.

Simón de Belle dijo...

Muchas gracias Toni.

lo que son las nuevas tecnologias...conocer gente como tú, eso si que es un placer!

un abrazo.