
El maestro le preguntó...
- ¿Has tenido una pesadilla?
- No.
- ¿Has tenido un sueño triste?
- No - dijo el discípulo - He tenido dulces sueños.
- ¿Entonces por qué lloras?
El discípulo contestó con calma, mientras enjugaba sus lágrimas...
- Porque el sueño que he tenido nunca se hará realidad.
1 comentario:
Como la vida misma.
Publicar un comentario