jueves, 25 de septiembre de 2008

Coraline y otros cuentos inacabados

Hace unos años mi pareja y yo nos fuimos de vacaciones a una casa enorme, mágica y solitaria. Todas las noches antes de dormir nos metíamos en la cama y uno le leía al otro páginas de un libro que nos había dejado un amigo, "Coraline" de Neil Gaiman. Cuando el que escuchaba se dormía, el lector seguía leyendo unos diez minutos y después se abandonaba al sueño. No llegamos a terminar de leer este libro, aunque estuvimos veinte días más juntos no volvimos a cogerlo en los diferentes lugares donde fuimos.

Nos acordamos de la historia inacabada en todo momento, pero lo tomábamos como algo para acabar en un futuro muy lejano, futuro que nunca llegó.

Cuando algo no termina en mi vida siempre me acuerdo de Coraline que atraviesa la puerta para llegar a un mundo parecido al suyo, pero donde las personas no tienen ojos sino botones y son malas, perversas; como Alicia en el país de las maravillas, pero para adultos oscuros, sin miedos.

Tengo miles de momentos como éste, cuentos y historias inacabadas que me vienen a la memoria como archivos temporales en un disco duro. Quizás porque pienso en muchos de esos instantes me considero una persona nostágica. Aunque si algo he aprendido es que el futuro nos traerá momentos mejores, mi vida se ha quedado parada en esos cuentos inacabados, y es posible pensar que no consigo avanzar. Me da la sensación, ni buena ni peor, que siempre seré un niño.

Cuando deseo demasiado algo lo puedo idealizar, y cuando llega puede en muchos casos defraudarme; ésta es también una historia sin terminar. Se queda en bucle repitiéndose de diferentes formas y maneras en mi subconsciente, y nunca termina.

Esa tarde esperando a los amigos que vengan a casa para irnos de fin de semana...esos besos no correspondidos, esa tarde en la playa de San Juan, el último día en Bellas Artes llenando el jardín de pompas de jabón, el olor de las tortitas esa tarde...


Mi amiga Inés, un día nos contó que para ella era necesario y que le gustaría vivir momentos como "la noche de los exnovios". Que morro le echaba proponiéndolo...jaja... Nos decía que cuando una relación acababa podríamos dejar pasar unos años y volver a reencontrarnos con nuestros amantes por una noche para cerrar esas historias inacabadas. A mí me gustó la idea, pero con el paso del tiempo le he cogido cariño a esas historias incompletas, esas historias misteriosas. Aunque una noche de exnovios seguro que puede ser una buena experiencia para reencontrarse con el pasado, siendo un poco más maduro y viendo las cosas desde otro punto de vista, no hay nadie, creo yo, que haya vivido algo así...y si conocéis a esa persona, que me escriba para contarme como fue.

Dedico estas líneas a las personas que buscan historias sin final, que dedican su vida completa a encontrar una meta y nunca llega...a esos románticos les dedico mis palabras y mis desvaríos.

Nos vemos en la próxima parada...

- Reseña de Coraline
- Página en IMDB

- Coraline Teaser:


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- Coraline Sneak Preview:

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2 comentarios:

TONI dijo...

Te entiendo, en ocasiones incluso comparto parte de tu razonamiento, pero el pasado es mejor dejarlo donde está, de lo contrario, en lugar de ser un aprendizaje puede convertirse en una losa que te impida avanzar.

No sé expresarlo mejor...

Adelante, siempre adelante.

Anónimo dijo...

Es curioso...una vez hablando con unas amigas sobre los deseos, el mío fue ése: reunirme con todos los hombres con los que había tenido una historia inacabada y poder terminarla...ahora, no creo que lo pidiera, hay cosas que es mejor dejar como se quedaron, no moverlas...y seguir con tu vida porque por delante te quedan muchas historias, incluso algunas que quedarán inacabadas...