lunes, 3 de marzo de 2008

El momento más feliz de tu vida

Este fin de semana he estado con mis amigos de DM en una casa rural cerca de Ávila, en Tocinillos del Pozo, vamos, que me acabo de inventar el nombre para hacer la gracia. Hemos "estao" de viernes a domingo. Compramos solamente unas 146 cervezas para amenizar las veladas y unas botellitas de alcohol para alegrarnos las noches y para algunos las tardes. Vaya saque! La noche del viernes fue muy tranquila, metiditos los 8 en casa cenando unos bocatas de fiambre de 7 pisos y charlando de diversos temas. Podría decir que lo normal, pero hubo un par de conversaciones que dominaron la maravillosa velada: el cutis fino de una conocida nuestra (se rieron de mí todo el puto fin de semana) y el porque de la felicidad.


Del primer tema no voy a hablar en este post, para ya estoy preparando el contraataque para los incrédulos y las incrédulas. Del segundo voy a tratar en diversas entradas y esta es la primera. Es un tema del que llevo largo tiempo pensando; desde que en la facultad de Bellas Artes me encontré por casualidad una fotocopia de una fotografía en la que se veía una mujer (hermosa) vestida de novia y bailando en un jardín lleno de flores. En el pie de foto había escrito a mano una frase muy parecida a esta:

- Siempre recordaré aquel día por ser el más feliz de mi vida, años después no sé qué me hizo tan feliz, pero sí que fueron los mejores días de mi vida.

El artista sabe qué le hizo feliz, claro que sí, lo que no sabe el momento exacto de esa felicidad, lo vivido, lo que estaba viviendo o lo que le esperaba después de esa maravillosa tarde de septiembre. (Amo ese mes, las puestas de sol eternas y la felicidad amarga del fin del verano).

A partir de ese día en la facultad he buscado todos los momentos más felices de mi vida e intentado hacer mi propia fotografía de ellos. Y sé que era feliz en ese mismo instante, no antes o después…

El otro día mi amigo Oswaldo me recomendó que escuchara el relato de Jorge de Bucay que aquí subo para que lo escuchéis directamente de su voz. Os recomiendo que tengáis un poco de paciencia, porque es argentino y ya sabéis que nuestros primos hispanos cuando hablan se escuchan ellos mismos.

Audiolibro - Bucay, Jorge - El Buscador.mp3

Este relato de voz lo puse en el portátil el viernes en la casa rural, estuvimos hablando de él y su significado. Casi todos pensaban que nos damos cuenta de lo felices que fuimos tiempo después de aquel instante dichoso. Yo pienso que la verdadera felicidad consiste en darse cuenta en ese momento, porque así disfrutas más de cada segundo. Cada uno aportaba su pensamiento y mentalmente todos los que allí bebíamos cervezas sin tregua nos acordábamos de esos momentos de felicidad absoluta.

A medida que nos hacemos mayores vamos perdiendo inocencia y frescura. Nos volvemos más serios y nuestras alegrías se van contando por unidades cuando antes se contaban por miles. Lo importante es no perder la alegría que teníamos cuando éramos niños. Piensa de vez en cuando en los mejores momentos de tu vida, porque eras feliz en ese instante e intenta repetir lo que en ese momento viviste. Es muy difícil porque cuanto mayor eres mayores son tus responsabilidades, pero lo importante es no perder la inocencia y el seguir emocionándote por pequeñas cosas y pequeños logros personales.

Javier Bardem se llevó su merecido Oscar como actor secundario y después de la entrega de premios se presentó ante los periodistas y dejó muy claro que para él la vida no era una meta, ganar el Oscar, sino un camino, un camino que tiene muchas paradas, alegres y menos alegres. Un trayecto que nos lleva por millones de sitios y que nunca debe de terminar. Eso es lo maravilloso de la vida, como dice Jorge Bucay y Javier Bardem, el buscador es feliz buscando continuamente. Cuando llega a una meta, la disfruta, aprende de ella y sigue buscando tranquilamente, sin prisas.

La felicidad o el nivel de felicidad de un momento concreto depende mucho de como hemos estado antes, pues si lo has pasado muy mal y de repente te llevas una ducha de alegría puede ser que te sientas el hombre más feliz del mundo y no veas las cosas con subjetividad.

Os cuento 3 situaciones felices, pero muy diferentes:

Antes.
Uno de las mejores sensaciones que he podido vivir en mi vida fue un viernes por la tarde ya hace unos añitos. Había salido de trabajar muy pronto. Me cogi el coche para ir a comer a la casa mi pareja. Me había hecho un banquete digno de dioses. Después nos echamos la siesta. Me acordaré toda mi vida que me despertó el olor de las tortitas con limón y azucar que mi novia me estaba haciendo para merendar. En ese momento estaba placidamente dormido, nos esperaba un fin de semana largo porque el lunes no se curraba y mis neuronas estaban de vacaciones. La felicidad me invadía y el despertarme con ese olor fue el "acabose". Desde entonces siempre que huelo a tortitas me invade la tranquilidad y alegría de esa maravillosa tarde.

Durante.
Pasando una mala semana en lo personal y en lo profesional, llegué a Becerril donde veraneo desde que era pequeño. Cuando llegué a mi casa no había nadie, llamé a mis padres y me dijeron que estaban en la plaza de la urbanización. Era jueves por la tarde noche y estaba realmente agotado física y anímicamente. Cuando llegué a donde estaban me llevé la mayor alegría del mundo cuando mis 2 primas chinas salieron hacía mí con los brazos abiertos y pidiéndome que las llevara en bicicleta. El contraste fue tan fuerte, de tristeza y alegría y cada vez que me acuerdo de la distancia emocional se me llenan los ojos de lágrimas.Cuando estoy decaído, me acuerdo de Blanca y Pilar llamándome a gritos. No sabía que estaban allí y me impacto enormemente ese momento.

Después.
Otro instante sublime, y ya acabo para no aburrir, fue cuando a finales de julio del 93 me presenté en Bellas Artes con otras 1.000 personas para ver las listas de admitidos y vi mi nombre con la letra A, de acto…o era de aceptado? Bueno, pues eso, que había aprobado después de pasarme dibujando esculturas y tías desnudas en una academia los últimos 10 meses. Fue tal la alegría por el trabajo bien hecho y el esfuerzo que me quedé paralizado y no fui consciente del momento feliz hasta que no pasaron unos días. Estaba tan metido en mi papel de pequeño opositor que cuando llegué a la meta no me di cuenta de la recompensa hasta que no descansé de esas agujetas.

Aquí os dejo un video, quizás el mejor que he podido ver en la red desde que el mundo es mundo e internet es internet. Es un discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford (que bien suena este nombre…stanford…mola más que jarbar u osfor)…son 15 minutos sublimes. De vez en cuando salen los estudiantes escuchando al profesor Jobs y a alguno se le escapa un bostezo, para darle 2 hostias madre! Dios está hablando y un niñato bosteza; no se le pueden echar margaritas a los cerdos, está visto.




Un beso para tod@s y no os olvidéis de ser felices, con una copa en la mano como nosotros en Ávila o trabajando. Pero buscad ese instante todos los días de vuestra vida.

Por cierto…¿Dónde coño está la llave de la Casa Rural, que alguien se la llevó a Madrid?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

??????????????

Anónimo dijo...

mira, chico, es muy triste que una persona de tu edad ande escribiendo estas chorradas. Si, si chorradas, porque es patético que encima vayas de profundo con una filosofia de esas de JORGE BACAY¡¡ coño, si mi hermana tiene aun sus frases en la carpeta.. y eso que tiene 16 años. Chico, vete al psicólogo, y déjate de blogs

Plaza dijo...

Emilín, tu profundidad me abruma, jeje...simplemente colabora en el post diciendo que la felicidad es momentánea ante todo: incluso cuando crees que eres feliz y luego se demuestra lo contrario, en el momento en que lo piensas eres feliz.
Un pequeño consejo: vivir marcando metas fáciulmente alcanzables: un fin de semana de casa rural, unas cañas con los amigos un jueves, un paseo por el rastro el domingo, una buena peli en el cine...si te planteas metas que tarden meses o años en llegar, y no llenas las semanas que hay eneste tiempo de expectativas, te pudrirás...

Ale, sed felcies como queráis y podáis. Que la vida os colme de...cerveza

Pacheta dijo...

Supongo que goerge estará de coña. Si no es así tiene muchos problemas.
Emilio, creo que deberías desarrollar más lo del cutis; quienes llegamos a la casa el sábado no tuvimos el placer de disfrutar la discusión.

Anónimo dijo...

Sigo objetando a Jorge Bucay, me parece filosfía barata. Para entendernos, no estoy profundamente en desacuerdo con él, pero creo que se limita a ofrecer una versión descremada y precocinada de otros autores y otras filosofías más capaces de tocar la verdad. Y para qué ir a los sucedáneos teniendo a mano los originales, digo yo. En cuanto a la felicidad, gran debate, no quiero alargar lo que no deja de ser un mero comentario, así que enviaré otro día un cuento tradicional chino que me parece que la resume bien.

Anónimo dijo...

Mira Gorge, mira chico, prefiero leer lo que escribe Emilio y no enzarzarme contigo en una discusión pero mi carácter me impide callarme.

¿Cuál es la única filosofía válida para tí? ¿No podemos seguir a Bacay? ¿Es malo para la humanidad? ¿Tu hermana, como Emilio está equivocada? ¿Estás enfadado con el mundo y la pagas con el primero que te abre los ojos y al que te gustaría parecerte? ¿Blogs y psicólogos son incompatibles? ¿Los psicólogos no pueden tener un blog?

Abre los ojos y mira hacia adelante. Yo no estoy de acuerdo en nada contigo, al menos en nada de lo que he leído en tu opaco y poco productivo comentario en este post; pero no te puedes amargar la existencia maldiciendo de la gente que no piensa como tú porque entonces será TODA TU VIDA UN AMARGADO.

Suerte de corazón y ojalá algún día coincidamos.

Gavilán

Unknown dijo...

La llave de la casa rural la tengo yo. Creiais que no había estado allí pero en realidad estaba escondida en el minibar!

Ana

Unknown dijo...

La llave de la casa rural la tengo yo. Creiais que no había estado allí pero en realidad estaba escondida en el minibar!

Ana